Las circunstancias nos permiten aparecer, y el tiempo apremia.
La esperanza y el conocimiento serán nuestras guías.
Llegó el momento de actuar.
La esperanza y el conocimiento serán nuestras guías.
Llegó el momento de actuar.
El cambio es hoy
El hombre muere, el mundo se desgarra bajo nuestros pies, y nosotros parecemos seguir adelante sin notarlo, indiferentes ante la gravedad de la problemática que golpea nuestras puertas.
Esta actitud indiferente, de gran parte del pueblo, es la que se viene repitiendo a través de varias generaciones. Hoy más que nunca quedan al descubierto los desastrosos resultados: una terrible crisis económica, que cada vez aumenta más su envergadura; escasez de alimentos y rápido crecimiento de la falta de agua potable a nivel mundial, generando hambre y sed en gran parte de la población; guerras coloniales y eternas arrasando vidas inocentes; estallido y violencia social, producto de una sociedad injusta y dispar; una crisis ambiental innegable que se evidencia a través de los fenomenales cambios climáticos y de peligro de los diversos ecosistemas.
No es cuestión de ser alarmista, pero esa es nuestra realidad histórica, y es responsabilidad de todos, de absolutamente todos, revertir esta situación.
La forma de vida individualista que venimos llevando ha causado estragos en nuestro mundo y es hora de hacer algo. No podemos permitir que la incertidumbre o el oportunismo político siga gobernando nuestras vidas.
Como se ve, la realidad actual presenta grandes desafíos y de distintas índoles. Ante esta “tormenta perfecta”, nuestra indiferencia ha dejado de ser una opción (si es que alguna vez lo fue). Será entonces nuestra intención, como grupo, la de informar, propendiendo a la concientización; compartiendo conocimiento (lejos de la desinformación y las mentiras especuladoras que forman parte del gran circo de los medios masivos de comunicación). Como ya se ha dicho, el conocimiento nos hará libres.
No creemos en la vieja política persuasiva y disuasiva que oculta para dominar; no creemos en el actual sistema político partidista, ni que la solución salga (o pudiera salir, aunque eso quisieran) de los actuales dirigentes, ya que fueron ellos quienes, especulando perversamente, nos arrastraron hacia este abismo.
En lo que sí creemos fervientemente es en el ser humano, consciente y organizado.
Lo que buscamos es que nadie dependa de herramienta alguna para modificar su realidad inmediata, más allá de la verdad y del amor. Nuestra pretensión es que todos seamos partícipes del cambio, sumando cada uno ni más ni menos que una gota, y formando todos juntos como resultado un mar imparable. Sólo así podrá ser contundente el cambio; las armas son de ellos, pero la voluntad es nuestra. Construiremos, y lo haremos de lo individual a lo colectivo, partiendo de lo singular formaremos la pluralidad. Y la pluralidad nos devolverá nuestra individualidad.
Una de las cualidades necesarias para el cambio, y quizás de las más importantes, es la sensibilidad. Es ella la que nos hace ver el dolor que existe en el mundo, y es ella la que no nos permite ser indiferentes a él. Es la sensibilidad la que nos hace comprender la injusticia en la que nos encontramos sumergidos, más allá de cualquier orden legislativo escrito, y será la que finalmente nos hará comprender la necesidad urgente de desterrar toda maquinaria destructiva de nuestra cultura. Es por ello que el primer medio (vale recalcar, sólo en un comienzo) donde buscaremos y nos moveremos será el ámbito artístico, comenzando allí a desarrollar y transmitir nuestra propuesta; ya que detrás del arte es donde el hombre oculta su sensibilidad, y es a los hombres sensibles a los que primeramente buscaremos. Iniciándonos en ese ámbito, es como se dará naturaleza artística al grupo, pero humano y sólo humanitario será su fin. Lejos de los individualistas espacios políticos, elitistas y mercantilistas de cualquier índole. Sólo cerca del corazón.
Esta actitud indiferente, de gran parte del pueblo, es la que se viene repitiendo a través de varias generaciones. Hoy más que nunca quedan al descubierto los desastrosos resultados: una terrible crisis económica, que cada vez aumenta más su envergadura; escasez de alimentos y rápido crecimiento de la falta de agua potable a nivel mundial, generando hambre y sed en gran parte de la población; guerras coloniales y eternas arrasando vidas inocentes; estallido y violencia social, producto de una sociedad injusta y dispar; una crisis ambiental innegable que se evidencia a través de los fenomenales cambios climáticos y de peligro de los diversos ecosistemas.
No es cuestión de ser alarmista, pero esa es nuestra realidad histórica, y es responsabilidad de todos, de absolutamente todos, revertir esta situación.
La forma de vida individualista que venimos llevando ha causado estragos en nuestro mundo y es hora de hacer algo. No podemos permitir que la incertidumbre o el oportunismo político siga gobernando nuestras vidas.
Como se ve, la realidad actual presenta grandes desafíos y de distintas índoles. Ante esta “tormenta perfecta”, nuestra indiferencia ha dejado de ser una opción (si es que alguna vez lo fue). Será entonces nuestra intención, como grupo, la de informar, propendiendo a la concientización; compartiendo conocimiento (lejos de la desinformación y las mentiras especuladoras que forman parte del gran circo de los medios masivos de comunicación). Como ya se ha dicho, el conocimiento nos hará libres.
No creemos en la vieja política persuasiva y disuasiva que oculta para dominar; no creemos en el actual sistema político partidista, ni que la solución salga (o pudiera salir, aunque eso quisieran) de los actuales dirigentes, ya que fueron ellos quienes, especulando perversamente, nos arrastraron hacia este abismo.
En lo que sí creemos fervientemente es en el ser humano, consciente y organizado.
Lo que buscamos es que nadie dependa de herramienta alguna para modificar su realidad inmediata, más allá de la verdad y del amor. Nuestra pretensión es que todos seamos partícipes del cambio, sumando cada uno ni más ni menos que una gota, y formando todos juntos como resultado un mar imparable. Sólo así podrá ser contundente el cambio; las armas son de ellos, pero la voluntad es nuestra. Construiremos, y lo haremos de lo individual a lo colectivo, partiendo de lo singular formaremos la pluralidad. Y la pluralidad nos devolverá nuestra individualidad.
Una de las cualidades necesarias para el cambio, y quizás de las más importantes, es la sensibilidad. Es ella la que nos hace ver el dolor que existe en el mundo, y es ella la que no nos permite ser indiferentes a él. Es la sensibilidad la que nos hace comprender la injusticia en la que nos encontramos sumergidos, más allá de cualquier orden legislativo escrito, y será la que finalmente nos hará comprender la necesidad urgente de desterrar toda maquinaria destructiva de nuestra cultura. Es por ello que el primer medio (vale recalcar, sólo en un comienzo) donde buscaremos y nos moveremos será el ámbito artístico, comenzando allí a desarrollar y transmitir nuestra propuesta; ya que detrás del arte es donde el hombre oculta su sensibilidad, y es a los hombres sensibles a los que primeramente buscaremos. Iniciándonos en ese ámbito, es como se dará naturaleza artística al grupo, pero humano y sólo humanitario será su fin. Lejos de los individualistas espacios políticos, elitistas y mercantilistas de cualquier índole. Sólo cerca del corazón.
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